jueves, 7 de septiembre de 2017

Congregar a la familia de Dios

Nuestro sentido de lo correcto y lo incorrecto parece agudizarse mientras criamos a nuestros hijos. En casi todo padre o madre se halla innato el deseo de enseñar virtudes morales a sus hijos; eso es parte del milagro del plan del Padre Celestial. Él quiere que Sus hijos vengan a la tierra, siguiendo el modelo eterno de familias que existe en el cielo. Las familias son la unidad de organización básica de los reinos eternos, y por tanto Él desea que estas también sean la unidad básica en la tierra. Aunque las familias terrenales están lejos de ser perfectas, brindan a los hijos de Dios la mejor oportunidad de ser acogidos en el mundo con el único amor de la tierra que se acerca a lo que sentimos en el cielo: el amor de los padres. Las familias son también el mejor modo de conservar y transmitir las virtudes morales y los principios verdaderos que tienen la mayor posibilidad de conducirnos de vuelta a la presencia de Dios.

 Pte. Henry B. Eyring
Liahona, mayo de 2017, pág. 19

lunes, 29 de junio de 2015

Verdades constantes para tiempos cambiantes

Padres: vivan de tal modo que sus hijos vean en ustedes un ejemplo digno de emular.

A todas las familias aconsejo: Escudriñen sus orígenes. En la medida de lo posible es importante que conozcamos a los que nos precedieron. Descubrimos algo de nosotros mismos cuando aprendemos sobre nuestros antepasados.


Pte. Thomas S. Monson
 Liahona, mayo de 2005, pág. 21
“Y así fue que mi padre Lehi descubrió la genealogía de sus antepasados… Y cuando mi padre vio todas estas cosas, fue lleno del Espíritu… 1 Nefi 5:16-17